Visitantes Florales de la FAUBA

Moscas de las flores o sírfidos 

Las moscas de las flores conforman la familia Syrphidae en el orden de los dípteros (Diptera). Como todas las moscas y mosquitos, las moscas de las flores sólo tienen dos alas, característica que da origen al nombre del orden, derivado de las palabras griegas: “di” que significa dos y “ptera” que significa alas. En los dípteros, el segundo par de alas que habitualmente tienen los insectos está reducido en unas estructuras llamadas halterios, las cuales están relacionadas con la estabilidad en el vuelo.

Las moscas de las flores constituyen una familia muy diversa tanto en morfología y tamaño corporal como en sus ciclos de vida (ver más adelante). La mayoría de los adultos visitan asiduamente las flores y pueden comportarse como eficientes polinizadores de algunas especies de plantas, mientras que los estadios larvales exhiben una gran diversidad de comportamientos alimenticios, ofreciendo otros servicios ecosistémicos.

Hay sírfidos pequeños (4-5 mm), de cuerpos gráciles y delgados, así como también otros muy grandes (20-25 mm), de cuerpos robustos y muy peludos que imitan abejorros.

Las moscas de las flores son insectos holometábolos, es decir, sufren metamorfosis completa, y los adultos y los estadios larvales viven en hábitats totalmente diferentes.

¿Cuántas especies existen?

En el mundo hay aproximadamente 6200 especies de moscas de las flores distribuidas en 4 subfamilias: Eristalinae, Microdontinae, Pipizinae y Syrphinae. En Argentina hay unas 250 especies, de las cuales 5 son exóticas, y todas las subfamilias están representadas. En el predio de la facultad hay registradas unas 20 especies de moscas de las flores.

Las subfamilias Microdontinae, Pipizinae y Syrphinae son monofiléticas mientras que la subfamilia Eristalinae es polifilética, es decir que comprende diversos linajes con distintos orígenes evolutivos.

¿De qué se alimentan?

Como mencionamos anteriormente, los adultos son frecuentes visitantes de las flores de muchas especies de plantas. Estas moscas van a las flores en busca de polen y néctar de los cuales, esencialmente, se alimentan.

En cambio, los estadios larvales son muchos más variables en su alimentación y hay especies saprófagas, depredadoras, polínívoras, minadoras de hojas, fitófagas y algunas que pueden producir miasis en humanos y en animales de cría.

¿Cómo se reproducen?

Después de una cópula, la hembra deposita los huevos en distintos sustratos de acuerdo a sus ciclos de vida, los cuales están asociados principalmente a la subfamilia a la que pertenecen las distintas especies. Las larvas de las especies de Microdontinae usualmente viven en hormigueros y se alimentan de los estadios larvales de sus huéspedes. En algunas especies, las larvas de las moscas de las flores imitan las feromonas de sus hormigas huéspedes para evitar su detección dentro del hormiguero. Sin embargo, para la mayoría de las especies de esta subfamilia hay muy poca información disponible.

La mayoría de las larvas de especies de Pipizinae son depredadores de áfidos de raíces (root aphid, en inglés) que son hemípteros de cuerpos blancos como las cochinillas.

Las larvas de Syrphinae son principalmente depredadoras de insectos de cuerpo blando, tales como hemípteros (áfidos o pulgones, chicharritas, cochinillas algodonosas, entre otras), así como también larvas de lepidópteros y coleópteros. Este comportamiento depredador las convierte en potenciales controladores biológicos en huertas y cultivos a mayor escala. Dentro de la subfamilia, también se pueden encontrar especies que han cambiado su alimentación: por ejemplo, hay especies con larvas polinívoras, es decir que se alimentan de granos de polen, y otras con larvas minadoras de hojas, las cuales se introducen en las hojas y se alimentan de los tejidos internos.

Por último, las especies de Eristalinae son más variables en cuanto a sus ciclos de vida, pero son principalmente saprófagas en materia en descomposición de diversos orígenes (vegetal, animal) y/o en aguas polutas. A las larvas se las conoce como “gusanos colas de rata” (rat-tailed maggots, en inglés) por su largo espiráculo que utilizan para tomar aire. Otras especies de esta subfamilia son xilófagas y se desarrollan en madera en descomposición; otras son pestes de plantas con bulbos (como la cebolla, o los narcisos) o tubérculos (como la papa); otras pueden comportarse como parasitoides de abejas o avispas, y desarrollarse en sus nidos consumiendo las larvas del huésped. Hay también reportes de especies causantes de miasis en seres humanos y animales de cría, pero son casos considerados accidentales.

Las moscas de las flores son reinas del mimetismo

Muchas especies de moscas de las flores son miméticas de himenópteros aculeados como abejas y avispas. Este mimetismo batesiano implica que una especie inofensiva (la especie mimética) evolucione para parecerse a una especie nociva (el modelo) y de esa manera obtiene el beneficio de la protección de los depredadores.

Algunas especies de moscas de las flores son muy parecidas a avispas sociales, mientras que otras se parecen a abejorros y algunas se parecen a abejas meliponas. Un caso muy particular es Eristalis tenax, una especie exótica en Argentina (y en muchos otros países), la cual tiene el nombre vulgar de “mosca zángano” porque que imita a la abeja doméstica. Pero a diferencia de ella, este sírfido no tiene aguijón y por lo tanto no pica.