Historia de la FAUBA

La enseñanza agronómica en los albores del siglo XX

En los últimos años del siglo XIX existían unas pocas instituciones de enseñanza agraria en el país: la Escuela Superior de Santa Catalina (que luego dejaría su lugar a la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata), la Escuela de Agricultura de Córdoba, la de Villa Casilda, en Santa Fe, y la Escuela de Vitivinicultura de Mendoza. Se contaban, además, 6 escuelas primarias de enseñanza agrícola.

Tal número de instituciones pronto fue insuficiente para dar una respuesta adecuada al gran desarrollo de la producción agrícola ganadera y a las necesidades de la actividad rural: mayor productividad, mejores cultivos, mejores animales, expansión de la frontera agrícola a regiones marginales, etc. Por otro lado, parecía un contrasentido que la región más densamente poblada, la de la expansiva Buenos Aires, no tuviera ninguna escuela de enseñanza agronómica.

Fue así que en 1901, durante el segundo gobierno del presidente Julio A. Roca, se dispuso la creación de una Estación Agronómica con Granja Modelo y Escuela de Agricultura, en los terrenos de la "Chacarita de los colegiales" destinados al "Parque del Oeste".

Tuvieron que pasar tres años, sin embargo, para que el proyecto se concretara: recién el 19 de agosto de 1904, por decreto del Poder Ejecutivo Nacional, el Ministerio de Agricultura a cargo de Wenceslao Escalante creó el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria, una propuesta a todas luces más ambiciosa que la Estación Agronómica, y estableció las disposiciones reglamentarias para su funcionamiento.

 

La chácara de los jesuitas

La Chacarita es hoy sinónimo de cementerio, de última morada. Sin embargo, ese nombre remite a una explotación agropecuaria pequeña, según la voz quechua chácara (o chacra: tierra de sembradío, huerto).

Las tierras que hoy ocupan parcialmente los barrios de Agronomía, Colegiales y Chacarita fueron alguna vez de los sacerdotes jesuitas. En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa recibió, por compra o donación, una decena de "suertes principales", es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño, y a las que, al cabo de los años, se anexaron otras 10. Cada una de ellas tenía una legua de fondo y formaron parte de una inmensa posesión, que llegaba hasta la actual localidad de Ramos Mejía.

En 1767, la Orden de los Jesuitas fue expulsada por orden del Rey Carlos III. Entonces, sus propiedades quedaron bajo administración de la "Junta de Temporalidades", una representación estatal que loteó la zona. Por esta razón, numerosas instituciones del Estado y municipales se ubicaron en esta geografía; ese fue el caso del Colegio Nacional (antecedente directo del actual colegio "Nacional Buenos Aires").

Los tiempos viejos de la historia tienen un lugar en el barrio. Los primeros alumnos del Nacional, por ejemplo, se acostumbraron a pasar sus vacaciones en la zona que antes albergó las principales construcciones de los jesuitas (una parte del terreno actual del Cementerio). Estas andanzas de los estudiantes, inmortalizadas por Miguel Cané en "Juvenilia", pronto convertirían al lugar en "la Chacarita de los Colegiales", nombre de donde saldrían las designaciones de dos barrios porteños.

Allí, en 1790, en medio de coloridas ceremonias, el virrey Del Campo entregó el mando a don Nicolás de Arredondo, y en 1806, Santiago de Liniers concentró en la Chacarita las tropas que marcharían a expulsar al invasor inglés.

En la década de 1820, el ministro de gobierno Bernardino Rivadavia hizo un experimento de colonización en la zona de la Chacarita. Trajo inmigrantes alemanes, creó una colonia y la llamó "Chorroarín". El experimento fue un fracaso y sólo el nombre del villorrio se ha perpetuado hasta hoy en una de las avenidas que circunscribe la Facultad.

Durante la época de Rosas, la Chacarita albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios tomados prisioneros durante la Campaña del Desierto de 1833. Al respecto, un testigo comentará: "Bajo las galerías de los arcos se ven algunos soldados de Rosas, y en los sótanos bullen algunas familias de indios, todos medios desnudos, que piden limosnas en el mismo lugar donde sus padres vivieron..."

Posteriormente, la Chacarita volvió a ser un lugar de huertos y sembradíos. Decenas de agricultores se afincaron allí para producir hortalizas, cereales, y "paja de Guinea", usada por los morenos escoberos.

Entonces, la zona era uno de los lugares más agradables de los alrededores de Buenos Aires y también, la de las tierras más altas de toda la geografía porteña.

Pero la muerte llegó a la Chacarita en 1871. Cuando la locomotora "La Porteña" depositó en el otrora pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires.

En 1880, la cuestión de la Capital vinculó a la Chacarita con la historia una vez más. El pueblo de Belgrano era, entonces, capital de la Nación, mientras que en el centro se ubicaba el gobierno de la provincia, a cuyo frente estaba Carlos Tejedor. El presidente Avellaneda acuarteló sus tropas en la Chacarita, lugar donde tenía su residencia, y allí, al mando de Carlos Pellegrini, las tropas nacionales se enfrentaron con el ejército de la Provincia. La "Ley Capital", en ese mismo año, dio fin a toda disputa. Por sus disposiciones, los terrenos de Belgrano y Flores, más una buena parte de las antiguas posesiones jesuíticas, se incorporaron al ejido urbano.

 

El barrio de Agronomía

El barrio de Agronomía nace junto a la Facultad, a principios del siglo XX. Delimitado por las avenidas La Pampa, Del Carril, San Martín, Chorroarín y Donato Álvarez, el barrio nació alrededor de un parque, cuya última denominación fue "de Agronomía", pero que tuvo diversos nombres, tales como "Del Oeste", "Nacional" y "Buenos Aires".

El origen del parque data de 1887, al menos en los planos maestros de la ciudad. En ese entonces, cuando la Capital se expandía, se hizo imperioso organizar un espacio verde que fuera fuente de higiene y lugar de recreación. Los terrenos elegidos eran los más altos de la ciudad y presentaban una excelente calidad de suelo, que los habilitaba para cultivar plantas de todo tipo. En 1893, la Comisión de Parques y Paseos recomendó al intendente Bollini, "formar un amplio bosque en los terrenos de la Chacarita, conocidos por los de la Universidad, a fin de dotar a la población de un nuevo y extenso paseo público...". El plan proyectaba utilizar un área de 80 a 100 hectáreas para constituir el parque.

No obstante, no fue sino hasta entrado el nuevo siglo que el Parque tuvo existencia. En 1901, el Poder Ejecutivo resolvió asignar 185 hectáreas para el Parque del Oeste, de las cuales 30 serían ocupadas por la futura Estación Agronómica. El plano fue encargado al gran paisajista Carlos Thays, quien en esa época cumplía una década al frente de la Dirección de Paseos de la Municipalidad

En el trazado que Thays imagina, de estilo francés y que se corresponde con la idea de un gran óvalo con ramificaciones, la Quinta Agronómica está planificada según tres secciones. Una, dedicada a los cultivos y que responde a un diseño tradicional de franjas rectangulares, incluye plantas industriales, forrajeras y cerealeras. El segundo sector, separado del anterior por instalaciones para los animales finos, está trazado según un núcleo circular con dos alas, en cuyo centro se ubican la escuela y la administración de la Estación. La zona radial está dedicada a viveros de plantas indígenas, importadas, frutales, viñas, colecciones animales, potreros y laboratorios. Por fin, el tercer sector debía albergar a las colecciones botánicas

En el camino desde el proyecto a su ejecución, la Quinta Agronómica se transformó en un Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria. El centro de enseñanza, como un núcleo concentrador, impulsó una serie de mejoras en la infraestructura del barrio, que aún presentaba chacras y huertas por aquí y allá. Las calles circundantes a la Facultad se mejoraron y adoquinaron, se contruyó una estación del Ferrocarril Urquiza (en ese tiempo llamado "Tranway Rural a Vapor") sobre la actual Avda. Chorroarín y, poco a poco, las casas particulares fueron ocupando un territorio otrora virgen. Ese fue el origen del Barrio de Agronomía, nacido alrededor de un establecimiento educativo y un parque que por mucho tiempo fue un orgullo para los porteños y que aún hoy, transformado y disminuido por el avance de la edificación, congrega cada día a centenares de vecinos, dispuestos a pasar algunas horas en contacto con el verde y el aire puro.

  Vista parcial de la Facultad y del Parque de Agronomía, en 1937.