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SERGIO MARIO WALDMAN (no verificado)     Mié, 26/05/2021 - 17:34

Fui docente de la entonces ZOOTECNIA ESPECIAL III GRANJA que enseñaba apicultura y mantenía el Parque Apícola. También Director de Granja del MAGyP de la Nación y Director Nacional de Fiscalización y Comercialización Ganadera de ese organismo. Tuve la responsabilidad de dirigir la política apícola. SIEMPRE FUE UNA ACTIVIDAD importante en el país. La Argentina es el segundo o tercer exportador del mundo. El valor del producto miel debe multiplicarse por 10 por su incidencia en la polinización de cultivos y aumento de su rendimiento. La historia apicola en el país está ligada a la FAUBA y el Ministerio de Agricultura que contaron con profesionales que se desempeñaban en ambas instituciones.
Adjunto un reporte que corrobora lo manifestado:

Breve Historia de la Apicultura en Argentina
DICIEMBRE 13, 2013 DE COSADEABEJAS
La apicultura es una actividad con mucha tradición en nuestro país.

Los primeros antecedentes de los que se tiene conocimiento datan del año 1834, cuando Rivadavia regresa al país desde Francia y trae colmenas de la raza Apis mellifera mellifera, que es el tipo de abeja característico de aquellos pagos. Pero, por cuestiones que tienen que ver con el devenir histórico/político de personalidades como la de don Bernardino, éste sufrió el destierro a su regreso, con la consecuente instalación de dichas colmenas en la zona de Colonia del Sacramento, Uruguay.

Fue Sarmiento -¿quién otro, sino?- el que impulsó la introducción de las colmenas. A instancias de él, Miguel Pouget llevó colmenas desde Chile a Mendoza, allá por el año 1855. La familia Casares se ganó las felicitaciones del prócer sanjuanino, por hacer lo propio, desarrollando la actividad apícola con sus 14 colmenas en las estancias bonaerenses de su propiedad, circa 1857. Podemos decir que ése fue el inicio formal de la apicultura vernácula.

Como consecuencia natural, las abejas suelen “escapar” (dicho técnicamente, enjambrar)…y los enjambres procedentes de esas colonias fueron los que propiciaron el inicio de la población de abejas silvestres del país.

Pasados los años, los franceses Maximiliano y Oscar Durand Savoyat, radicados en la ciudad de Paraná, desarrollaron, en 1861, una “cooperativa” para explotar la apicultura de manera científica y en gran escala.

Como evolución de la actividad, se proyecta el primer censo apícola argentino, que en el año 1869 arrojaba los siguientes datos:

93 colonias de abejas
la mayor parte, se ubican en La Rioja y Santiago del Estero
Pero los aportes de razas de abejas no se detendrían. Desde Uruguay, ingresan por Buenos Aires, contingentes de abejas Apis mellifera mellifera francesa, instalándose en la zona del delta bonaerense, Entre Ríos y Santa Fe. Por el lado de Brasil, hacen su aparición las especies Apis mellifera y Apis mellifera carnica, producto de la llegada de inmigrantes alemanes.

Todo ello conllevó a la inevitable conjugación de genéticas, que derivó en lo que hoy se conoce como “abeja criolla“.

En la década del ´30, un grupo de apicultores docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA, dan inicio a la era industrial de la apicultura nacional, que se mantiene hasta nuestros días, logrnado que Argentina se ubique como el 2°/3° exportador mundial de miel.

Fuente: Biole, “Historia de la Apicultura Argentina”, 2007

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