Debate en la FAUBA: Negociar es posible

Mié, 02/07/2008 - 11:24
Por FAUBA

Con la presencia de destacados especialistas, se analizaron en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), aspectos vinculados con la problemática de la negociación entre el campo y el gobierno. Cada uno desde su óptica, los Dres. Sara Horowitz, Aldo Ferrer y Alejandro Aráuz Castex, explicaron el conflicto.

"Negociación, logrando consenso", fue el título del debate que se realizó en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), con el objetivo de brindar un aporte desde el punto de vista académico a partir de diferentes aspectos: económicos, legales y de la negociación.

Organizado por iniciativa del Decano de la FAUBA, Dr. Lorenzo Basso, el encuentro se convirtió en una propuesta para entender los distintos actores que están en juego en el conflicto que plantean los productores agropecuarios y el gobierno nacional, y que terminó movilizando a la sociedad en su conjunto.

El Dr. Lorenzo Basso, quien ofició de moderador del debate, dio la palabra a la Dra. Sara Horowitz, Directora del Posgrado de Negociación y Cambio, de la Escuela para Graduados de la Facultad de Agronomía de la UBA, quien afirmó que "para negociar y lograr consenso, necesitamos armar una mesa respetuosa y sostenible, en la que las partes reordenen sus prioridades, e incluyan las necesidades del país y la sociedad entera en la mesa de negociaciones". Agregó que "pensar que se podrá negociar cuando la otra parte cambie su modo de ser, no sólo es imposible sino infantil: es hora de aprender a negociar y dialogar con los interlocutores existentes".

La Dra. Horowitz, psicóloga y asesora en temas de negociación, aseguró que "como sociedad, podemos aprender de esta experiencia y capitalizarla para el futuro", y si buscamos vivir en una "sociedad madura con gobernantes democráticos y ciudadanos democráticos, si anhelamos que las leyes estén para ser cumplidas, si deseamos excluir la sospecha recíproca como práctica de nuestra convivencia cotidiana, la sociedad –nosotros, todos-- debemos cambiar". En este sentido, es fundamental comprender que "si queremos una sociedad distinta, debemos imaginar como sería y visualizar el rol que nos comprometeríamos a cumplir como ciudadanos maduros".

"En esta nueva sociedad habrá nuevas obligaciones y responsabilidades. Los países democráticos tienen ciudadanos responsables, y el ejercicio responsable de su ciudadanía, deriva en elegir gobiernos también responsables, acompañarlos y apoyarlos en proyectos sustentables. Necesitamos dejar atrás la fantasía en torno de que nuestro mal estriba, simplemente, en los funcionarios corruptos que el destino nos pone en el camino, y asumir qué rol nos cabe para forjar una sociedad mejor".

Para concluir, la Dra. Horowitz, nos dejó una inquietud: si nuestro destino no es andar de crisis en crisis, ¿será acaso nuestra idiosincrasia infantil?.

El Dr. Lorenzo Basso, dio paso a otro de los disertantes, el Dr. Alejandro Aráuz Castex, docente de la Facultad de Derecho de la UBA, especialista en Negociación y Mediación en conflictos complejos, quien opinó que "para que exista una negociación, hay que indagar cuáles son los intereses subyacentes de cada participante en el conflicto. De lo contrario, no se va a poder convocar al diálogo para la construcción de consensos. Y eso, es lo que hoy está faltando para que haya un principio de entendimiento".

"El escenario actual –afirmó- es la exposición de las más áridas y polarizadas posiciones, que se presentan como dos monólogos cruzados, donde el énfasis sólo se pone en la más absoluta inflexibilidad de cada parte".

Aráuz Castex, planteó que el uso de la palabra o el concepto "negociación" podría ser un obstáculo, ya que "el Gobierno se resiste (con alguna razón) a admitir que debe "negociar" con los distintos sectores del país, cuando ellos son el Gobierno, y no un sector más". En este sentido, podríamos hablar de "recibir propuestas, generar ámbitos de reflexión conjunta, evitar errores en la política agraria, para que el encuentro entre el campo y el gobierno para tratar el tema, no se interprete como derrota de este último".

Prosiguió diciendo que "según esta apreciación simplista, el conflicto se identificaría con el interés del campo de luchar por plata". Sin embargo, "el campo está integrado por un grupo heterogéneo de personas ampliado, donde los productores agrícolas luchan por dinero, pero otro sector de la sociedad que los apoya, reclama por la puesta de límites a un poder hegemónico que no da participación institucional a los demás sectores del gobierno ni de la sociedad". Por lo tanto, este otro sector que protesta, no lucha por plata, sino por dignidad republicana".

"De esta manera –prosiguió Aráuz Castex- hay un interés subyacente de mostrar al gobierno que el ejercicio de un poder desmedido y disociado de la consulta y el respeto de los principios técnicos propios de cada actividad productiva, tienen un límite".

"El gobierno, dice que lucha "por la redistribución de la riqueza. Pero en este conflicto –apuntó- no está propiciando que la riqueza siga creciendo o produciéndose. Pareciera que apunta más a la polarización entre ricos y pobres, que a la obtención de más riqueza para luego distribuirla".

Finalmente, el Dr. Basso, presentó al Dr. Aldo Ferrer, Profesor Titular Consulto de la cátedra de Estructura Económica Argentina y Director de la Maestría Mercosur de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, quien dijo que para abordar el tema -en principio- hay que ponerse de acuerdo en "hacia dónde va el desarrollo argentino, entendido como la gestión del conocimiento, que requiere de estructuras sociales integradas, estructuras productivas diversificadas, de la mejora de la educación, de la calidad de las políticas públicas, de las relaciones entre el sector público y el privado, del desarrollo de la ciencia y la tecnología".

El Dr. Ferrer, aseveró que "todos los casos de desarrollo exitoso son casos de desarrollo nacional en un mundo globalizado; son el resultado de países que han sido capaces de realizar esa transformación, dando respuestas al orden mundial, de manera consistente con su propia industrialización". "Esto –agregó- implica la necesidad de adecuar la política económica y sus instrumentos, a las características actuales de la economía argentina, que es una estructura productiva desequilibrada que nos lleva a tener un tipo de cambio diferencial o retenciones".

De esta manera, según el Dr. Ferrer, "para encontrar una resolución consistente con el desarrollo del país, el campo debe reconocer que es una pieza fundamental de la economía argentina, y no un segmento del mercado mundial, y que el estado nacional, tiene el derecho y la obligación de administrar las señales que vienen del mercado mundial para lograr una asignación de recursos y distribución del ingreso en concordancia con el desarrollo nacional. Además, el ejercicio de ese derecho soberano del estado, se tiene que ejercer con prudencia, con razonabilidad, consultando con los actores sociales, a fin de evitar situaciones como las que estamos viviendo".

El debate fue abierto por el Decano de la FAUBA, Dr. Lorenzo Basso, quien estimó que hay un elemento que conspiró en esta "seudo negociación", que es la percepción de desconfianza de los ciudadanos respecto del traspaso de riqueza del sector agropecuario para impulsar el desarrollo nacional industrial. "Coincido plenamente en que es necesario transferir recursos de un sector para desarrollar otro -afirmó- sin embargo, algunos hechos de los últimos meses (con un tren bala de por medio) crean una percepción de desconfianza respecto de si, con ese dinero, el gobierno va a producir realmente un desarrollo".

Al consultar a los panelistas sobre esta "percepción", el Dr. Aldo Ferrer dijo que consideraba que "el debate tiene que ser sobre el uso de esos recursos, porque forma parte de todo un proceso democrático, del comportamiento del estado, del presupuesto, de la asignación de recursos y de las prioridades".

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Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires