La Memoria ilumina el presente

Por iniciativa del Rectorado, la Facultad descubrió una placa que conmemora uno de los hechos más trágicos en la historia de la universidad pública: la Noche de los Bastones Largos. 

Este 29 de julio se cumple un nuevo aniversario de la llamada “Noche de los Bastones Largos”, uno de los episodios más sangrientos de la historia reciente. Hace 55 años, el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía intervino la Universidad de Buenos Aires y reprimió a docentes y estudiantes que defendían la autonomía universitaria.

En el marco de los 200 años de la UBA, el Rector Alberto Barbieri incentivó la colocación de placas alusivas en las diferentes Facultades para que “la memoria ilumine el presente” y se mantenga activa generación tras generación.

De este modo, en la Facultad de Agronomía se descubrió el mosaico en el Salón de Actos de la mano de autoridades, agrupaciones estudiantiles e integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Institución.

“Se cumple un nuevo aniversario de la nefasta Noche de los Bastones Largos. El hecho ocurrió a un mes de producirse el golpe militar que derrocó al gobierno democrático y que implicó la implantación de una dictadura que lo primero que hizo fue abolir la Constitución Nacional, disolver el Congreso y la Corte Suprema e intervenir todas las provincias. En las universidades públicas permanecía un bastión de resistencia, por su carácter autónomo y cogobernado, principios que mantenía desde la Reforma del ‘18 y que mantiene actualmente”, expresó la decana, Marcela Gally.

“Ese gobierno militar- continuó Gally- decidió avasallar la universidad pública y en la noche del 29 de julio intervino varias facultades de la Universidad de Buenos Aires, principalmente la de Ciencias Exactas y Naturales, y la de Filosofía y Letras; que estaban radicadas en la Manzana de las Luces. Pero también Medicina, Ingeniería y Arquitectura, cinco facultades en la que se encontraban estudiantes, docentes y profesores/as resistiendo el desalojo y el avasallamiento de la universidad. Pero fueron reprimidos con palos”.

Además, la decana resaltó que en esa época la universidad contaba con uno de los mayores presupuestos en investigación e inversión en educación que hubo en la historia de nuestro país. “Ese golpe, ese avasallamiento a la universidad acabó con lo que se llamaba la Década de Oro y determinó la migración de más de 300 profesoras/es, la mayoría científicos/as e investigadores/as. Fue una gran pérdida del Sistema Educativo Superior de la Argentina, que costó mucho recuperar”.

Para cerrar, manifestó la necesidad de mantener activa la memoria en la Facultad y la importancia de las/os estudiantes como principales transmisores/as. “Confiamos en que ustedes van a llevar el estandarte y van a cumplir con esa función y ese propósito que ya lo tienen muy arraigado”.

 

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Sobre el autor

Esp. Lic. en Comunicación Social