Las caras de la neorruralidad

Vie, 02/09/2005 - 11:07
Por FAUBA

Mejoras en los medios de transporte, difusión de cultura urbana, nuevos hábitos de consumo y de vida, promovieron el desarrollo de nuevas actividades y funciones en los espacios rurales. Una investigación de la FAUBA indaga cómo los cambios sociales y económicos del campo bonaerense marcan la aparición de escenarios neorrurales que requieren políticas territoriales a escala regional.

La llamada "cuenca de abasto de lácteos", extendida en un radio de entre 100 y 150 km alrededor del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), se caracterizó históricamente por la importancia del tambo para abastecer al gran núcleo urbano. Sin embargo, a partir de 1961, año de sanción de la ordenanza porteña de obligatoriedad de pasteurización, comenzaron a crecer las usinas pasteurizadoras que se consolidaron durante las décadas de 1970 y 1980 y llegaron a conformar, en varios casos, importantes empresas agroindustriales.

Se desarrolló desde entonces una nueva vinculación entre la industria y el tambo sostenida en la difusión de tecnología por parte de las usinas a sus tambos remitentes que comenzaron a integrar un circuito modernizado. Los cambios en el circuito de lácteos, especialmente en el tambo, trajeron aparejadas grandes modificaciones en la organización socio-territorial de la zona.

Más recientemente, desde mediados de la década de 1980, aparecieron otras formas de asentamiento de población (countries, barrios privados que se suman a las más tradicionales casas-quintas, etc.) que, si bien se desarrollaron en áreas rurales, poco tienen que ver con la dinámica agroproductiva tradicional, pero sí se relacionan con el ocio de los habitantes urbanos. Es así que se conforma en varias zonas de la "cuenca de abasto" una nueva fisonomía vinculada al desarrollo de la neorruralidad, que está relacionada con los nuevos usos del suelo. Nuestro estudio de la FAUBA se desarrolla en el sector sur de la cuenca, donde el avance de emprendimientos residenciales y turísticos es relativamente reciente si lo comparamos con el sector norte.

Este proceso de transformación se dio de la mano de varios factores: la consolidación de los complejos agroindustriales, la decadencia del tambo familiar, las modificaciones en el sistema de transporte y el despoblamiento rural. Se suma a esto el hecho que la cercanía del área metropolitana favoreció el desarrollo de actividades neorrurales, en especial aquéllas vinculadas con lo residencial y el ocio.

Escenarios cambiantes

La consolidación de complejos agroindustriales lácteos trajo un aumento del rendimiento por animal y por hectárea a la vez que descendió el número de tambos debido a la desaparición de gran parte de los tambos familiares. Éstos eran trabajados en forma manual, por lo que requerían una considerable cantidad de mano de obra, lo que se traducía en una elevada densidad de población rural, ya que además estos tambos eran de pequeña extensión y su número era elevado.

Lecheros en estación Constitución.

Los lecheros eran los encargados de la distribución al menudeo de la leche que le enviaban los tambos familiares mediante el ferrocarril. En la foto, lecheros de La Martona en la estación Constitución, de Buenos Aires, recibiendo la producción a comercializar en el día. La Martona poseía un tambo modelo ubicado en Cañuelas. En la actualidad, allí se ubica el country también llamado "La Martona", lugar de residencia temporaria o permanente de habitantes de anterior origen urbano.

Durante los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, el número de tambos continuaba en disminución. Por ejemplo, en General Las Heras existían 303 para 1969 y sólo 135 para 1988. Actualmente, algunos productores abandonaron la actividad, pero existen otros que sobreviven comercializando su producción en circuitos marginales, o sea aquéllos de alcance local o regional en los que se comercializan productos con escaso valor agregado (leche o "masa" destinada a muzzarella, por ejemplo) y que, en la mayoría de las ocasiones operan fuera de todo control legal y fiscal.  

Este tipo de productores, por lo general, cuenta con un bajo nivel de adopción tecnológica, como la inseminación artificial, el enfriado de la leche y la suplementación alimenticia de las vacas, entre otros. Algunas de las causas que fomentaron la inserción de los productores en este circuito fueron la incapacidad de adaptar su sistema productivo a las exigencias tecnológicas de las grandes usinas, el contexto económico sectorial desfavorable -precios y valor de los insumos, entre otros- y el alto endeudamiento.

El deterioro sufrido por el transporte ferroviario desde 1960 hasta la actualidad, resultó también negativo tanto para la supervivencia del tambo familiar como para el sostenimiento de la población rural; a su vez, el desarrollo del transporte carretero que reemplazó al ferroviario, resultó funcional a las mayores plantas procesadoras de leche y a su flota de camiones.

Del tambo al country

La expansión de vías rápidas de circulación automotriz operaron a favor del desarrollo de diversas formas de habitar y visitar el espacio rural en la última década. De este modo, a partir de la consolidación de actividades neorrurales (diferentes de las tradicionales agroproductivas), parte de la cuenca de abasto se fue construyendo como un espacio rururbano.

La noción de espacio rururbano matiza la dureza de la oposición urbano-rural. En general, se ha considerado a las categorías urbano y rural como entidades decididamente separadas, sin embargo, más recientemente, ha comenzado a tomar forma la idea de continuo rurubano para dar cuenta de espacios transicionales donde aparecen usos del suelo vinculados con la dinámica urbana (grandes equipamientos como aeropuertos, cárceles, depósitos, etc.), usos agropecuario intensivos (viveros, criaderos de aves, etc.), usos industriales y nuevos usos vinculados con lo residencial y turístico en entornos rurales. A estos últimos se los ha vinculado repetidamente con el fenómeno neorrural.

Es de destacar que el desarrollo de unas formas de neorruralidad más que de otras, además de estar relacionado con las particularidades regionales, presenta una fuerte vinculación con la presencia o ausencia del Estado, en sus diversas escalas, a través de políticas que tiendan a conseguir sinergias territoriales. De este modo, se observa que las condiciones específicas de interacción entre dinámica rural y neorrural pueden presentar un escenario aprovechable para el desarrollo local, en especial si éste es tomado como objetivo por alguna de las escalas del Estado.

El neorruralismo ha sido estudiado en profundidad para distintas áreas del mundo, en especial para Europa occidental y mediterránea; sin embargo, muy poco se ha indagado para el caso argentino. Sí se ha estudiado el fenómeno de las urbanizaciones cerradas desde la perspectiva del urbanismo, de la sociología y de la geografía urbana, entre otras. Algo similar ocurrió con el turismo rural, sobre el que se desarrollaron relevamientos y estudios a cargo de organismos oficiales encargados de su promoción.

La evolución de la población rural en los partidos que integran la cuenca de abasto, muestra la tendencia general de descenso de la misma durante la segunda mitad del siglo XX. No obstante, en cada partido puede observarse un comportamiento diferente en lo que respecta a la evolución de la población rural; por ejemplo, en el partido de Pilar se manifiesta un aumento considerable de pobladores asentados en el área rural durante la década de 1990, en concordancia con la aparición y consolidación de diversos tipos de urbanizaciones cerradas.

A diferencia de esta situación, en Suipacha o Navarro continúa verificándose el descenso del número de habitantes rurales hasta 1991; cabe considerar que estos partidos no se vieron involucrados en procesos de asentamiento de población metropolitana como sí sucedió en el caso de Pilar.

Desde la FAUBA y en el marco del Proyecto UBACyT "Ruralidad, neorruralidad y usos del suelo. Estudio de caso sobre partidos bonaerenses", estamos desarrollando relevamientos y estudios detallados en los municipios de Cañuelas y General Las Heras, con la perspectiva de extenderlos sobre Lobos y Navarro. De este modo, se pretende indagar acerca de la relación entre las actividades rurales de raíz agroproductiva y las vinculadas a la nueva ruralidad o neorruralidad, especialmente aquellas ligadas a lo residencial y turístico, aspectos novedosos en áreas rurales que han logrado desarrollar "atractividad" para los habitantes urbanos.

En cuanto a la neorruralidad cabe destacar que se trata de un fenómeno con muy diversas manifestaciones según el área del mundo que se considere, de modo, que, aunque el fenómeno neorrural haya sido estudiado profundamente para áreas como Europa occidental y América del Norte, la falta de trabajos que aborden la cuestión desde una perspectiva nacional, provoca una notable ausencia temática, ausencia que pretendemos contribuir a solucionar mediante los resultados de la investigación.

Por la Lic. Ms Sc. Claudia Barros. Docente de la cátedra de Sociología Rural, a cargo de la asignatura Geografía Económica de la Licenciatura en Economía y Administración Agrarias. Directora del Proyecto UBACyT 008.

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Sobre el autor

Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires