Reunión en la FAUBA para analizar la crisis

Recientemente se reunieron en la Facultad de Agronomía de la UBA, unas 40 personas relacionadas con la casa de estudios, el Movimiento CREA y AAPRESID para analizar la crisis que afecta a la Argentina y evaluar posibles salidas, con la participación de prestigiosos analistas políticos, sociólogos e historiadores.

Según Lorenzo Basso, decano de la FAUBA, “con este encuentro se buscó brindar un espacio académico que permita evaluar distintos modos de abordaje frente a la crisis, conjuntamente con las dos organizaciones técnicas privadas más importantes del sector agropecuario nacional”. A partir de ahora, las tres instituciones comenzarán a trabajar en la elaboración de una propuesta conjunta vinculada a discutir un modelo de desarrollo para el sector y el país, en el mediano y largo plazo.

Los académicos convocados para el encuentro, coordinado por Sara Horowitz, fueron Gerardo Della Paolera, doctor en Economía y presidente emérito de la Universidad Americana de París; Osvaldo Barsky, master en ciencias sociales e investigador del Conicet; Germán Pérez, doctor en ciencias sociales e investigador del Instituto Gino Germani de la UBA; y Sergio Berenztein, doctor en ciencia política y director de la consultora Poliarquía.

“Siempre ha habido una tensión muy fuerte en la Argentina relacionada con el sector agropecuario, generada por la dependencia que tiene el país sobre los agroalimentos”, dijo Della Paolera.

A su entender, la producción de alimentos y su impacto en la canasta básica familiar genera una puja distributiva que se incrementa con el aumento del precios de los commodities. Si bien esta situación es histórica, advirtió que la Argentina “no ha logrado diversificar el origen de los recursos fiscales y, cuando se dan estos procesos, el Estado recurre al sector que puede darle oxígeno a la caja”.

Della Paolera afirmó que las retenciones y el cierre de las exportaciones no son soluciones viables, y subrayó que hace falta generar estructuras fiscales sólidas. “Hay que mejorar las fuentes de recursos públicos a través de una actualización del impuesto a las Ganancias y hacer una mayor esfuerzo para combatir la evasión, por ejemplo”.

Barsky, quien en la actualidad dirige proyectos de investigación sobre la historia del agro nacional, reflexionó respecto de las visiones del sector, y destacó desde el campo y el Gobierno existe una acumulación ideológica que es necesario revisar para entender cómo fue el pasado y proyectar el futuro.

“En esta crisis, queda la sensación de que ambas partes han cometido graves errores”, dijo, y llamó a “insistir en un discurso conciliador”. Barsky advirtió que hacen falta políticas estatales para desarrollar la nueva frontera agropecuaria e impulsar un serio debate, con más articulación del Estado hacia las provincias, respecto del manejo de los recursos naturales.  

Pérez se refirió a los “discursos anacrónicos” que se manifiestan en los distintos actores involucrados en la disputa entre el sector agropecuario y el Gobierno. Estos discursos “tensan el conflicto, generan violencia y obstruyen la posibilidad de una negociación razonable”, lamentó.

Además, señaló que la Argentina posee una fragilidad institucional preocupante. Pero añadió que “estamos en un momento de transformación y el sector tiene una oportunidad para comenzar a instalar en la agenda la discusión sobre el modelo que necesita el país”.

“Hay que pensar qué modelo de país queremos de aquí a 20 años. El sueño de nuestros antepasados se diluyó, ¿quién va a reconstruir ese sueño?”, se preguntó Berensztein, y llamó a trabajar en el crecimiento de la argentina, al compararla con las experiencias democráticas de los 20 países más desarrollados del mundo.

 Según su lectura, estos países tienen en común un Estado capaz de proveer bienes públicos que fomenten mecanismos de movilidad social ascendente. También poseen reglas de juego que dan previsibilidad, políticas de transparencia y un sistema democrático legitimado, con una clara división de poderes. En tanto, lamentó que la Argentina no tenga solidez en materia institucional.

Por su parte Basso considero que entidades académicas como la FAUBA, junto con organizaciones técnicas como el Movimiento CREA y AAPRESID son fundamentales y deberían ser consultadas al respecto para evaluar el modelo de desarrollo que quiere el país.