La ganadería de carne oriental ostenta con orgullo ser el único país en el mundo que tiene todos sus vacunos -casi 12 millones-identificados. La trazabilidad es la herramienta que le permitió al vecino rioplatense acceder a mercados cárnicos muy exigentes. Es el resultado de un trabajo conjunto de todos los eslabones y de políticas de estado que se remontan a los años ’70, en otro formato, y que como trazabilidad, fue de aplicación obligatoria desde 2006.

El logro de la ganadería uruguaya no lo es solo desde el punto estrictamente productivo y ganadero. El proceso de trazabilidad impuesto en la vecina orilla es uno de los mayores éxitos de su política de comercio exterior. Así lo destacó el MV Dr. Hugo Estavillo, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de la Empresa (UDE) y Agrocampus Virtual, de Montevideo, Uruguay y director-asesor de la empresa Trazur Soluciones Tecnológicas en Trazabilidad Animal.

Un proceso, que -como relató Estavillo- comenzó, desde una visión amplia e histórica en 1827, cuando se se constituye la primera guía de tránsito para ganaderos del Uruguay, que pude considerarse el puntapié inicial del proceso de Identificación y trazabilidad, aunque las marcas comenzaron hacia 1730 en un país que al decir del disertante se pobló de vacunos mucho antes que llegaran los habitantes. Ya en la historia más cercana, en 1973, el Estado obligó a los productores a llenar una planilla de control, con el objetivo de controlar el abigeato y el contrabando, y 14 años (1987) más tarde, se agrega el control sanitario.

Pero fue en 2006 que todo este proceso de trazabilidad animal individual, pasó a ser obligatorio, algo que ahora, en 2014 se considera un verdadero éxito, ya que les ha permitido a Uruguay tener oportunidades de negocios y aumentar sus mercados externos. Estavillo recordó que en 2011, el 100 % de los bovinos uruguayos estaba identificados y en 2013, se concretó el control de campo obligatorio de todo el rodeo. Este año, las 14 plantas frigoríficas autorizadas para exportar hacen identificación también en esa etapa, explicó.

“Somos el primer país en el mundo en tener bovinos identificados. Son 11.750.000 identificados electrónicamente”, sostiene orgulloso el especialista. Y agrega que eso se logró gracias a un trabajo combinado entre el Estado, los productores veterinarios y los operadores. Además, explicó que también participaron otros organismos como la OIE, ya que la identificación y la trazabilidad deben ser responsabilidad de la autoridad o servicio veterinario de cada país, tal como también lo recomienda el ICAR (International Committee for Animal Recording).

Eso los ha ayudado a ingresar a buenos mercados y lograr una excelente performance en sus exportaciones. Al 4 de octubre de este año, Uruguay registra que 24 % de su volumen de venta al exterior es para China y 15 % para la Unión Europea, donde también le exigieron la trazabilidad de su producción avícola. Recalcó también que en Estados Unidos, también pide la trazabilidad pero en ovinos con hueso.

Estavillo ponderó la trazabilidad como la herramienta que le ha permitido a Uruguay acceder a clientes especiales al lograr confianza en los mercados premium como la cuota Hilton, cuota 481, carne orgánica y cortes de ritos religiosos.

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