Este es el mensaje que en su presentación en el Seminario dejó Luis Bameule, ex titular de la empresa Quickfood, respecto de los miembros del Mercosur y las potencialidades que -como países productores de alimentos- tienen para trabajar en conjunto en pos de solucionar sus problemas domésticos, pero -muy especialmente- potenciarse para abastecer la demanda asiática.

Con una mirada globalizadora de la región y haciendo una recorrida por el mercado de carnes a nivel mundial, el Lic. Luis Bameule, el ex presidente de Quick Food, la empresa creadora de una marca -Paty- que logró llegar a ser nombre genérico de la hamburguesa en la Argentina, abrió el Panel Especial del Mercosur, donde también disertaron especialistas de Uruguay y Paraguay.

Bameule integra el proyecto GPS -Grupo de Países Productores del Sur- una iniciativa privada de los cuatro países fundadores el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), iniciada en 2012, que reúne a un conjunto de especialistas y empresarios que comprometieron su voluntad, para contribuir a la construcción de un polo sudamericano capaz de responder a las nuevas demandas alimenticias en forma sostenible, generando además riqueza, empleo y capital social en la región.

Al cominzo de su exposición, brindó una visión desde la región para carnes vacunas con una mirada a largo plazo. Sostuvo que entre los países que integran el GPS, que poseen gran experiencia en tema alimentos, hay aspectos en los que hay una integración profunda de amistad. “Son más las cosas que nos unen que las que nos separan, más allá de la competencia”, resumió, a la vez que indicó que “es difícil que un país pase adelante si está rodeado de países sin políticas sanitarias”, dando a entender la necesidad de integrar cada vez más esas políticas a nivel regional, teniendo en cuenta dolorosas experiencias del pasado, sobre todo en materia de fiebre aftosa.

En relación al comercio internacional de carne vacuna, Bameule sostuvo que crece no en forma explosiva pero sí constante. Y señaló que se prevén transacciones de 10 millones de toneladas de carne con hueso para este año. El especialista destacó cuatro puntos fundamentales en el crecimiento del comercio exterior de la región. Primeramente, la irrupción de Rusia como principal importador mundial tras la caída del régimen soviético.

Más tarde, en la década del 2010, irrumpe China con Hong Kong y Vietnam; luego, el caso Brasil, que es un exportador neto de carne y su boom implica un aumento del consumo. Y por último, han influido los cambios en la política agrícola común de la Unión Europea, que antes subsidiaba y generaba excedentes. “No es que se eliminaron los subsidios, sino que antes eran selectivos y ahora pasaron a dárselos a todos”, precisó.

En relación a los precios, Bameule indicó que están creciendo más que el último año. “Esto es bueno para quienes pretenden aumentar su oferta exportadora”. Sobre el stock, informó que en el Mercosur hay un stock significativo que aun puede aumentar su productividad. “Por citar dos casos, Paraguay es el que más ha crecido en su producción ganadera y Argentina está estancada con alguna tendencia a la baja”, señaló.

Respecto de las exportaciones, destacó que Brasil se impone con 2000 millones de toneladas de res con hueso y retomó el caso de Argentina, que en 1978 exportó 800.000 toneladas y por cien años estuvo entre los primeros exportadores del mundo. “Argentina ha mostrado una caída en la participación, antes llegaba al 15 %, ahora es del 2%”.

También respecto de la ganadería nacional, en relación a la tasa de extracción (faena/existencia), comparó lo que ocurre en Estados Unidos, donde se puede faenar 38 % sin alterar el stock, mientras que en Argentina esa relación llega al 23/24 %. “Nuestra productividad en la actividad ganadera es inferior a las de otros países por las políticas desarrolladas”, sentenció. Aún así, se preguntó “qué sería entonces si mejoramos la eficiencia con la base de una política más o menos armónica”. En este sentido, destacó que hay ciertas áreas en las que se debe trabajar más, como los son el porcentaje de preñez y la edad y peso de faena.

Entre los desafíos que sugiere para la región, Bameule destacó el trabajo conjunto en las áreas sanitaria, comercial y de extensión), el aumento de una productividad más amigable con el ambiente, acceso sanitario a mercados, acuerdos de libre comercio, desarrollo de nichos, inversión extranjera y en el exterior, y desarrollo de información confiable y equivalente.

En cuanto a las política de promoción externa destacó que deben hacerse acciones en Asia, pero insistió en que, a pesar de su creciente importancia, “no hay que perder de vista otros mercados, también está Europa y hay lugares donde pagan muy bien cortes especiales”. Enfatizó que “el mercado mundial está muy dinámico, y que no hay que perder de vista el mercado maduro y los mercado potenciales”, y destacó que “un kilo que agregue China es un millón más de toneladas para vender”.

También señaló la necesidad de mantener políticas estables y normalizar las informaciones de los países de la región. Y justamente vinculado con esas políticas y con las exportaciones, mencionó una experiencia que lo tuvo como protagonista de una típica contradicción argentina: “En 2005 se proyectó un restaurante de carne argentina en Barcelona; lo inauguramos en 2006, justo el día que se prohibió la exportación de carnes”, recordó.

Sobre los acuerdos de libre comercio del Mercosur informó que sólo se firmaron con dos mercados pequeños (Israel y Jordania) y acuerdos parciales de preferencias con India y la Unión Aduanera de África Austral (SACU, por su sigla en inglés). Y destacó el ejemplo de Chile que firmó acuerdos de libre comercio con las principales potencias comerciales -EE.UU. y UE- y en Asia con China, India, Japón, Malasia y Hong Kong. “Menos mal que no produce carne”, reflexionó.

Finalmente, recalcó el gran potencial que tiene el Mercosur: clima, espacio, rodeo, genética, forrajes, conocimiento, más oportunidades de sinergias que riesgos en la competencia, trabajo conjunto en distintas áreas -sanitaria, comercial y ambiental- y productividad, además de la búsqueda agresiva de acuerdos comerciales. Y finalizó insistiendo en “no olvidar los demás mercados”, más allá de los asiáticos.

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