Especialistas de las cadenas de carne bovina, porcina y aviar coincidieron que los países del Mercosur tienen la gran oportunidad de aprovechar el aumento del consumo de proteína animal de los países asiáticos, especialmente China, para proveerlos de carnes. La región es una de las pocas del mundo para atender la creciente demanda actual y futura de esos países. Así se expuso en el encuentro que organizó la Cátedra de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la Universidad

La transformaciones económicas mundiales que -entre otras naciones- están experimentando algunas economías de Asia que impulsan a los pobladores rurales a trasladarse a la ciudad, con el consabido cambio de hábitos alimentarios, dejando atrás el consumo de cereales por proteína animal han generado cambios estructurales en la demanda de alimentos. Estopuede significar un cambio en el paradigma de las exportaciones de proteínas de nuestra región, dejando atrás la soja para pasar a vender carne. En ese contexto los países fundadores del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) tienen el mayor potencial para producir esas carnes, a partir de sus excedentes de granos, la disponibilidad de pasturas y tecnologías apropiadas.

En este diagnóstico coincidieron los expertos de la Argentina, Paraguay y Uruguay de las cadenas de carne bovina, porcina y aviar que participaron del Seminario Mercosur y Asia en 2030, el desafío de liderar la oferta de carnes a nivel global que organizó la Cátedra de Agronegocios de la FAUBA. También se presentaron casos de empresas argentinas que progresaron en la integración vertical de producción, agregado de valor y comercialización de productos cárnicos tanto en el país como hacia mercados externos.

En la apertura del Seminario, el Ing. Agr. Rodolfo Golluscio, decano de la FAUBA, destacó que la universidad es el ámbito donde se puede dar el debate de ideas sobre este tema e incentivó a generar nuevos destinos para los alimentos. “Cuando yo nací, el mundo tenía 3 mil millones de habitantes, el consumo era de 30 kilos de proteína animal por año, lo que hacía un movimiento de 90 millones de toneladas. Hoy hay 7 mil millones de habitantes, el consumo es de 50 kilos y casi se cuadriplicó”, resumió. Resaltó que este cambio se debe al aumento de la población y a la mejora en la calidad de vida de una parte importante de la humanidad. Y ante eso, se preguntó qué debe hacer Argentina, como país, y como integrante de una región, para ocupar esa porción del mercado en el largo plazo. A lo que se respondió: “Políticas públicas que trasciendan las coyunturas”.

Por su parte, el Ing. Agr. Fernando Villela, director del Seminario y profesor de la Cátedra de Agronegocios de la FAUBA, ante esta nueva realidad de la economía mundial, destacó con marcado optimismo que “estamos en el país adecuado en el momento adecuado” y que ante este nuevo escenario de nuevos y más consumidores, debemos decirnos “hagámoslo nosotros”.

Vilella realizó una recorrida por el escenario mundial y futuro. Entre los puntos más importantes, destacó que en China, en los últimos años, se redujeron las tierras cultivables y la población está pasando de ser rural a urbana y cambia su dieta, situación que la hace un potencial comprador de nuestras carnes. “En los últimos tres años, las importaciones chinas de carnes subieron 46%”, informó. “Debería duplicarse la productividad agrícola para dar de comer a la población mundial”, señaló.

Con respecto a cómo debería posicionarse nuestro país ante la nueva realidad en el mundo y sobre todo en estos países de Asia, Vilella fue categórico: “Debemos ser el supermercado del mundo, no el granero del mundo. Y coincidiendo con el decano Golluscio señaló que “hay que generar políticas de estado”.

Detalló algunos puntos que juegan a favor para los países productores de proteínas: en los últimos 50 años, creció la población, creció la población urbana, aumentó la clase media y la producción de alimentos creció sustancialmente, merced al aumento de la población. Y destacó como dato importante que “crecieron los grupos alimentarios con mayor densidad nutricional”.

Por su parte, también marcó algunos de los problemas más tangibles de alimentación a nivel mundial: mil millones de personas no accede a los alimentos y paradójicamente 2000 millones sufren de sobrepeso.

Acerca de nuestra región, Vilella enfatizó que Sudamérica es el lugar ideal para abastecer a la población mundial por su amplia disponibilidad de recursos, refiriéndose al suelo, al agua y a los avances en la ciencia y la tecnología. “Argentina tiene 10 veces más agua que China y 7 veces más de suelo por habitante”.

Vilella además sostuvo que se producirán importantes cambios sociales en los países de Asia que obligarán a un cambio de actitud comercial. “En el 2040, habrá 190 millones de habitantes de clase media alta en China” y agregó que en 2030 va a crecer la demanda de proteínas animales de 3 a 3.6% por lo que “sólo el 74 % (de la demanda china)va a poder alimentarse de productos locales”.

Puso especial énfasis en destacar el cambio mundial del tipo de producto comprado. Y anticipó que en 2040, el 58 % de los alimentos van a estar hechos fuera de la casa, a lo que agregó “entonces, hagámoslo nosotros”, en el sentido que la Argentina podría producir comida lista para consumir y exportarla. Sostuvo que el nuevo consumidor que compra alimentos elaborados, va a pedir ciertas condiciones y certificaciones de calidad, vinculadas no solo con el producto en sí sino con la preservación de su salud, y que para cumplirlas hay que capacitarse y estar preparados.

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