Panel China – Oferta y Demanda

En los últimos 15 años China logró responder positivamente a la creciente demanda de alimentos, con una autosuficiencia relativa en la mayoría de los productos. También señaló los desafíos que enfrenta la sustentabilidad de su agricultura en el uso del agua y la tierra.

José Alberto Bekinschtein, consultor del Programa de Apoyo a las Exportaciones de Agroalimentos, (Proargex) explicó como el gigante asiático logró generar alimentos internamente para satisfacer su creciente demanda local de alimentos en los últimos 3 lustros. Para el especialista “desde 1995  los chinos lo han hecho con seguridad y las políticas de generación de alimentos han sido especialmente exitosas. Entre otras cosas ha logrado, desde 1983 a la actualidad, incrementar en 1.100 % el consumo y la producción de carnes, y en 2 a 3 veces la producción de granos. Actualmente, consume más carne que Estados Unidos”. Recordó además hasta hace menos de 10 años China era exportador de alimentos en la región asiática. En 2004/2005 se produjo un punto de inflexión pasando a ser un exportador de alimentos, cuando vendía arroz, maíz y conservas de pescado a sus vecinos, para posteriormente, en 2008, convertirse en un neto importador.

La pregunta actual que hacen los chinos es “con qué nos alimentaremos en cuanto a cantidad y calidad alimentaria”. Con la urbanización, la creación de una clase media de 300 millones de habitantes que pasaron del  campo a las ciudades, que se espera se duplique en los próximos 5 a 6 años, China tiene una relativa autosuficiencia alimentaria del 95%, ya que solo importa el 5% de sus alimentos básicos. Incluidas las oleaginosas, esa autosuficiencia llega al 88%, lo cual es también loable, señaló B. “Estos niveles, ofrecen un panorama tranquilo, más allá de algunos estudios y noticias alarmistas que aparecen cada tanto” -destacó Bekinschtein-. El problema básico está dado por las semillas y los productos oleaginosos. Manteca, quesos y leche en polvo entera son aquellos, además de los granos y oleaginosos, en los que se espera un crecimiento importante en el comercio con China, en los próximos 10 años, mientras que en carnes sería similar.

Los problemas principales de alimentación que se plantean para China respecto de la producción agrícola se basan en cómo usan la tierra y el agua. Las tierras cultivables en China (1.300 millones de habitantes) llegan a 0,88 ha por habitante, mientras que en la Argentina (40 millones) ese índice es de 0,93 ha por  habitante. El stock de tierra cultivable se ha movido muy poco desde la época imperial. Solo es cultivable un 12% de su superficie. El crecimiento y la relativa suficiencia alimentaria, se ha dado en base al uso de tecnología aplicada a los modos de producción y utilización de nuevas variedades de semillas. China invierte menos de 1% de su producto agrícola en investigación y desarrollo, proporción que va a crecer.

Pero el esfuerzo de industrialización de China (aeropuertos, autopistas, ciudades y hasta campos de golf) en los últimos años ha significado la pérdida de 6 millones de ha en los últimos 10 años a razón de 700.000 ha anuales. Es decir que hubo un traslado de tierras rurales de bajo valor inmobiliario que dejaron de usarse para la agricultura y pasaron, con una mayor rentabilidad al uso urbano, provocando una mayor riqueza general, pero significando una pérdida de superficie y población rural muy importante.

La productividad del cultivo  de soja en China ha mejorado. Hay un esfuerzo para cambiar las condiciones de explotación de la tierra, convirtiendo las unidades de producción en más grandes y  sustentables, y otorgando títulos de propiedad. Este cambio también genera expulsión de agricultores hacia las ciudades.

“Otra de las dificultades de China en cuanto a la producción es la disponibilidad de agua y la contaminación de las napas. En las últimas 2 décadas, el menor aporte de los acuíferos del Himalaya ha producido el avance del desierto a tan solo 500 km de Beijing. Existe el proyecto de construir 3 grandes canales hasta la capital china con una inversión de 70 millones de dólares, que llevaría agua a la ciudad, pero generaría problemas en otras regiones del país”, señaló.

Respecto de la contaminación de las napas, contó que es común ver pequeñas producciones familiares u otras más grandes que se desarrollan en las proximidades de grandes industrias contaminantes. Al respecto, hace 2 años se encontraron embarques de arroz chino contaminados con cadmio, un metal pesado utilizado en la minería y para la fabricación de pilas y baterías.

Más allá de incrementar su productividad, solucionar estos problemas es de los mayores desafíos que enfrenta la agricultura china.

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