Presentes, hoy y siempre

La Facultad de Agronomía hizo memoria. El 24 de marzo recordó y homenajeó a las víctimas del terrorismo de Estado llevado adelante por la dictadura militar más trágica de la historia Argentina.

Nuevos bancos y senderos le dan vida a nuestro Bosque de la Memoria. Hoy nos encontramos para recordar, homenajear, reconstruir y construir hacia adelante. “Los jóvenes que no vivieron bajo una dictadura no saben lo que es escuchar una sirena policial y que se te ericen los pelos de la nuca. O salir corriendo porque alguien te llama y te dice: cayó Carlitos. O lo que es quemar tus propios libros. O ir al velorio de tu compañero de banco. O enterarte que los padres de tu amigo, esos que te daban la leche cuando ibas a estudiar a la casa, se mueren de tristeza. Que te llamen y te avisen que dejaron en la casa de la abuela al bebé de Taro y Mirta”, dice Rodolfo, el decano.

n día como hoy pero hace 39 años los argentinos habían empezado a transitar uno de los peores golpes de Estado del país. En la Facultad de Agronomía hubo cerca de 26 estudiantes, tres graduados, un docente y un no docente víctimas del terrorismo impuesto por la última dictadura militar. Una bandera sostenida por alumnos lleva escrito sus nombres, aunque la lista se cierra con puntos suspensivos: Liliana Acuña, Claudio Casoy, María Eloisa Castellini, Luis María Delpech, Valeria Dixon, Esteban Garat, Jorge Domínguez,  José María Estévez, Gabriel Estévez, Daniel Ferreira, Norberto Ferreyra, Carlos Fondovila, Mario Frías Pereyra, Mónica Grinspon, Claudio Logares, Jorge Iriarte, Daniel Manzotti, Enrique Montarce, Gabriel Porta, Pablo Ravignani, Miguel Ángel Riveros,  Miguel Ángel Rizzolo, Ricardo Rossi, Rubén Salazar, Claudio Slemenson, Carlos Turica, María Marta Badano, José Sorzana, Susana Traverso, Néstor Mocoroa y María José Rapela.

o es casual que el número 39 represente la lluvia. Acá en Agronomía llovizna, pero el agua no impide que el Coro de la FAUBA interprete “Como la cigarra” de María Elena Walsh, o que los poetas más pequeños del taller literario infantil “Rato Libre” preparen un cuento de Laura Devetach, uno de los tantos prohibidos durante la dictadura. Tampoco frena la presencia de alumnos, docentes, no docentes, autoridades, vecinos, familiares y amigos de los estudiantes desaparecidos. Y las agrupaciones del Centro de Estudiantes de la facultad, que se muestran comprometidas con la memoria viva, que llevan como estandarte los derechos humanos.

ompartir historias, recordar momentos, sentir que están, pedir verdad y justicia. El Bosque de la Memoria de la facultad abre ese espacio para la comunidad. Un lugar impulsado por la Comisión de Derechos Humanos de la FAUBA, de la mano de la secretaria de Extensión, Patricia Durand. Un espacio que invita a la emoción y la reflexión. “Yo estoy con mi familia desde 1984. Me encanta estar acá, no es el primer año que vengo y también puedo notar que cada vez somos más. Me gusta sentir que es un lugar de pertenencia, donde podemos encontrarnos y charlar, saber que hay algo que nos sigue uniendo y juntando. De acá en adelante, construir y avanzar”, expresa Paula Logares, nieta recuperada e hija de Mónica Grinspon y Claudio Logares, estudiantes de la FAUBA desaparecidos. 

prendimos que bajo un régimen militar no se puede lograr ningún cambio. Las transformaciones sólo se alcanzan en democracia. “Sin democracia no hay derechos humanos y la plena vigencia de los derechos humanos es la garantía de que tengamos una democracia cada vez mejor. Como decano estoy muy orgulloso del funcionamiento democrático de la facultad. Hay un respeto por la diversidad que hace que la facultad crezca. Y este Bosque de la Memoria es un ejemplo de eso, ya que se concretó en el marco de una resolución votada por unanimidad en nuestro Consejo Directivo”, explica Rodolfo.

uchos no se graduaron porque tuvieron que dejar la facultad o exiliarse del país. Pero Luis Polotto sí egresó, y sí dice presente como todos los años en Agronomía. “Lo importante es que estas actividades son mayores y cada vez viene más gente. Tenemos que incrementar esta participación y apoyar mucho este proceso. Sólo algunos tuvimos la suerte de seguir estudiando y recibirnos. Fue muy fuerte para nuestra generación dejar de ver amigos, que nos nieguen la amistad. ¡Puta! Los años que nos robaron estos tipos”, cuenta mientras incorpora a la lista a tres compañeros: Guillermo San Martín, Guillermo Kleiman y Julio César Provenzano.

rboles plantados por los feriantes de la Feria del Productor al Consumidor como un camino para reivindicar la alegría. Porque recuperar la alegría es parte de la memoria. “La memoria implica recordar y acordarse. Implica verdad y justicia activa”, dice Oscar, delegado no docente. De esos árboles cuelgan frases de los chicos del taller literario del barrio, donde Paloma se pregunta: “¿Por qué hubo tanta prohibición?, ¿Por qué y a dónde se llevaron a los niños?”; y Agostina conceptualiza: “Régimen, una palabra que odié desde que pasó. Dictadura: un conjunto de letras que simplemente me repugna”.

in memoria no hay historia. En la Facultad de Agronomía no olvidamos, hacemos Memoria por la Verdad y la Justicia.

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Sobre el autor

Esp. Lic. en Comunicación Social

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