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Mónica Santos … (no verificado)     Mié, 04/09/2019 - 12:25

Muchas gracias por la nota, por conservar la Biblioteca Arata y compartir la noticia.
Estuvimos, con mi hijo Federico, en la casa de Niépce en Francia, hoy Museo. Hicimos una conmovedora visita guiada. El relato de esta visita, según lo que en este momento recuerdo y debería tener nombres y fechas más precisas (que deberé revisar en notas, fotos y videos) explicará el adjetivo usado. En la década del '90, un fotógrafo profesional quiso investigar cómo y desde qué lugar de su casa, Niépce sacó su primera foto. Para esto, alquiló la casa donde vivió Niépce. Logró su objetivo; en la visita, el guía mostró el lugar: una ventana desde la que Niépce fotografió la vista. La casa tiene 3 pisos y en algo menos de doscientos años, había pasado por varios inquilinos. El fotógrafo que la alquiló y cuyo nombre no recuerdo, exploró la casa y descubrió, en la buhardilla del 3er. Piso... ¡el laboratorio original de Niépce, conservado durante tanto tiempo, gracias a que, seguramente, ningún habitante anterior de la casa estuvo interesado en subir allí! Cuando pensamos el alcance actual del descubrimiento de Niépce, fue conmovedor ver distribuidos entre mesas y estantes y sillas de paja, cubiertos por el polvo del tiempo, sus frascos de multiples tamaños con etiquetas manuscritas, sus papeles y todo el instrumental con los que inventó la fotografía, y asombrarnos por la serie de acontecimientos ¿casuales o causales? que llevaron a la preservación del Laboratorio de Niépce, cuya casa es hoy el Museo Niépce. Este Laboratorio, conservado tal cual fue encontrado, muestra la capacidad de trabajo de Niépce y el orden de todo creador, orden que por suerte nunca fue alterado. Al ver la espaciosa buhardilla con el desorden ordenado de los creadores, recordé una sensación parecida al visitar el Laboratorio del dr. Leloir, en una visita guiada de la escuela secundaria, gestionada por la Directora, sra. De Passeron, para quinto año del Bachillerato en Ciencias del Lenguas Vivas, cuya cuñada integranba del equipo de Leloir y que años más tarde, si mi asociación es correcta, llegó a la FAUBA como Profesora de la Cátedra de Microbiología. Hoy, mi asombro vuelve, al leer esta nota y comprender que el contrato de Niépce y Daguerre está en la FAUBA.
Nuestra visita guiada fue en 2011. Recuerdo que nos contaron la existencia de cierto conflicto con el fotógrafo que hizo el Museo y el dueño de la casa. Supongo que, considerando el respeto y el amor de Francia hacia su Historia, este conflicto debe haber sido solucionado.

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