"La supervivencia de las abejas se encuentra cada vez más amenazada"

Este 20 de mayo se celebra el Día Mundial de la Abeja para concientizar a la población sobre la importancia de los polinizadores, en un contexto ambiental adverso y con una apicultura jaqueada por problemas de manejo surgidos durante la pandemia. Entrevista a la Dra. Alicia Basilio, investigadora y docente de la cátedra de Apicultura de FAUBA.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) las abejas corren el peligro de extinguirse. “La población de polinizadores –en especial abejas y mariposas– ha disminuido de manera preocupante, debido principalmente a prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas (incluidos los insecticidas neonicotinoides), especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático. Los agricultores y los responsables de las políticas tienen un papel importante que desempeñar en la protección de nuestros polinizadores”, señala la FAO.

De este modo, cada 20 de mayo desde 2017, se celebra el Día Mundial de la Abeja, una jornada enfocada en crear conciencia sobre las abejas y otros polinizadores como las mariposas y los colibríes, cuya supervivencia se encuentra cada vez más amenazada.

En una entrevista para Agronomía Informa, la Dra. Alicia Basilio, investigadora y docente de la cátedra de Apicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA, explica cuál es la importancia de las abejas, su contribución al ambiente, las amenazas a las que se enfrentan y los impactos que tuvo (y tiene) la pandemia en los polinizadores.

-¿Las abejas contribuyen al ambiente y desarrollo sostenible?
-Hoy en día hay aproximadamente 20 mil especies de abejas, muchas silvestres, algunas sociales como la abeja doméstica, pero también solitarias. Las abejas vienen co-evolucionando junto con las plantas con flor desde el cretácico temprano, hace aproximadamente 120 millones de años.  
Junto con otros polinizadores son indispensables para la reproducción de muchas plantas que forman parte de la biosfera. Muchas de esas plantas son cultivos de alimentos que dan diversidad y aportan nutrientes esenciales a nuestra dieta.
Para lograr el desarrollo sostenible debemos contemplar todas las variables del funcionamiento de los sistemas, tanto ecosistemas naturales como los agroecosistemas.
Todavía hay mucho que conocer sobre su funcionamiento, pero la polinización es un evento crucial, y las abejas son polinizadores imprescindibles para los humanos, más allá de su valor dentro de la trama trófica del planeta. 

-¿Cuál es la importancia de los polinizadores?
-Los polinizadores no sólo son importantes porque comemos y bebemos productos que son fabricados con frutos o semillas de plantas que requieren un vector biológico de polen (como chocolate, café, arándanos, frutillas, frambuesas, manzanas, girasol, almendras, zapallo, zanahoria, melón), sino que muchos ecosistemas, bosques, praderas y arbustales dependen de las abejas para la polinización, producción de semillas y de ellas renovales, que les permitan subsistir a lo largo del tiempo.

-¿Y las mieles que producen las abejas? ¿se diferencian según los distintos ambientes donde se instalan los colmenares?
-Cada ambiente tiene una vegetación propia, y el néctar que recolectan las abejas de ese conjunto de plantas, no es igual al que recolectan en otras localidades, puede tener diferencias pequeñas o muy grandes, a veces relacionadas con las especies de plantas y otras con el ambiente  (o terroir, como se lo conoce en otras producciones) Incluso en el mismo lugar, las plantas en flor en primavera no son las mismas que están en flor en el verano, así que dos cosechas del mismo colmenar pueden tener características sensoriales (como color y olor), fisicoquímicas (como actividad biológica, acidez, rapidez de cristalización) y melisopalinológicas (los graos de polen presentes pertenecer a diferentes plantas) diferentes.
Podemos tener mieles muy claras, muy suaves, que cristalizan rápido y con cristales muy pequeños, de una cosecha en el monte de algarrobos en Córdoba o Catamarca, o tener mieles oscuras de fuerte olor a flores, como las de aliso cosechadas en varias localidades a lo largo de las riberas e islas de los ríos Bermejo y Uruguay- Incluso podemos tener mieles cosechadas de colmenas que polinizan cultivos como girasol, cuyo néctar le da tono más amarillo, o zanahoria, anís, y otras plantas de la misma familia (Apiaceas) que tienen anisol en el néctar y que se percibe muy bien en la boca.

-En la actualidad, ¿a qué amenazas se enfrentan?
-En la actualidad la expansión de la frontera agrícola a nivel global y la implementación de grandes superficies de monocultivos con uso de agroquímicos genera problemas de nutrición en los polinizadores, incluyendo a las colmenas de abejas domésticas, porque no hay malezas, no hay flores y aún en cultivos con flores apetecibles para las abejas, no hay diversidad de dieta. A su vez, los problemas de desnutrición disminuyen la capacidad de las colmenas de enfrentar problemas sanitarios y toxicidad ambiental. La supervivencia de las abejas se encuentra cada vez más amenazada.

-¿Cuáles son las principales líneas de trabajo que desarrollan en la FAUBA?
-En la Cátedra participamos de diferentes proyectos interinstitucionales relacionados con calidad de productos de la colmena, con alimentación de las abejas y con polinizadores nativos.
Las líneas de trabajo se centran en analizar el producto de la apicultura nacional (trabajamos con las regiones del Delta, parte de la pampa y parte de la zona del monte en Córdoba y Catamarca), o en estudiar el alimento de las abejas, tanto de colmenas como abejas silvestres, y en general recibimos las muestras y las analizamos en el laboratorio.
Hacemos bastante trabajo de extensión, basado en las investigaciones de las que participamos, focalizando en calidad de miel, y por la demanda del sector incursionamos en fermentados de miel, con un proyecto de vinculación tecnológica.

-La Facultad tiene un colmenar, ¿qué tipo de trabajo realizan?
-El colmenar de la Facultad es de uso exclusivo para docencia. Nuestras abejas están seleccionadas por su mansedumbre, para brindar una experiencia educativa. No realizamos un manejo orientado a la producción de miel, y como no son representativas de colmenas en esa situación, no se realiza investigación en ellas.

-Este día la FAUBA recibirá la donación de un importante colmenar, ¿de qué se trata?
-La embajada de Eslovenia donará un colmenar típico de ese país. Es un aporte muy interesante para introducirnos en la parte cultural de la apicultura, que es muy amplia y arraigada en tradiciones milenarias en Europa.
Por un lado, es un acercamiento a un país donde las abejas son parte del espíritu de la nación, que abre posibilidades de intercambio académico, pero también cultural en torno a la apicultura y los polinizadores.
 El colmenar se incorpora a algunos modelos de colmenas tradicionales que atesoramos en apicultura, gracias al cuerpo de profesores fundacional (estimamos que fueron adquiridas con intensiones docentes por el profesor Aldo Molinari en los años 20).
Actualmente, estas colmenas no solo sirven para ejemplificar a nuestros alumnos tipos de manejo que se realizan en otros contextos, sino que siempre asombran a los visitantes del galpón apícola, como la tradicional colmena de trigo tejido, el corchito español, la colmena alemana de exposición caliente, o la colmena Layens de desarrollo horizontal sobre la que han leído, pero no hay muchas oportunidades de ver en el país.
En este caso, es más complejo porque la idea es que no sea solo el material de madera, sino que el colmenar contenga colmenas que tengan abejas, con la ayuda de la gente de Eslovenia, lo cual, además de un interesante desafío técnico para nosotros, permitirá a los estudiantes y apicultores que lo frecuenten ver una diversidad dinámica y acercarse a aspectos culturales de la apicultura.

-¿Y brindarán cursos?
-Ofrecemos el curso de Iniciación Apícola para todo público en la Cátedra. Habitualmente lo damos todas las primaveras, pero ahora por la pandemia está suspendido.

-¿Cómo impactó la pandemia a las abejas y demás polinizadores?
-Creo que no impactó para bien. Las actividades agrícolas se siguieron haciendo sin control o repudio social con respecto a aplicaciones mal hechas o abusivas de agroquímicos. Además, a muchos apicultores no los dejaron llegar a atender sus colmenas. Las colmenas necesitan una atención permanente por parte de los apicultores. Es decir, se produjeron pérdidas millonarias de colmenas porque en muchos lugares no dejaron circular a los productores, a pesar de tener sus habilitaciones en regla.

 

 

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Sobre el autor

Esp. Lic. en Comunicación Social