Al Maestro de los Maestros

La FAUBA brindó un homenaje al Ing. Agr. Lorenzo Parodi por su valiosa actividad académica, científica y fundamentalmente humana. Se descubrió una placa alusiva y se plantó un ejemplar de Ginkgo biloba en el parque del Pabellón de Genética. 

El 21 de abril la Facultad de Agronomía de la UBA homenajeó al Ing. Agr. Lorenzo Parodi, maestro de la botánica, al cumplirse 50 años de su fallecimiento. En un acto frente al Pabellón de Genética, se descubrió una placa alusiva y se plantó un árbol de Ginkgo biloba para destacar su valiosa actividad académica y científica en nuestra institución y en el mundo.

“Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento de Parodi y queremos homenajear a un maestro de maestros, destacando la función que tuvo en la formación de Escuelas. Cuando Parodi enseñaba en la Facultad había una sola Cátedra de Botánica. Bajo su influencia en la formación de discípulos (Valla, Cámara, Soriano y sus respectivos discípulos) se desarrollaron las actuales dos cátedras de Botánica, la de Fisiología Vegetal y la de Ecología. Todas son hijas de Parodi, tiene más que merecido este reconocimiento”, dijo Rodolfo Golluscio, decano de la FAUBA.

Lorenzo Parodi fue un apasionado por el estudio de las gramíneas argentinas. Ingresó a la Facultad de Agronomía y Veterinaria en el año 1915, fue alumno y discípulo de Lucien Hauman, un profesor belga que había llegado al país en 1904 para enriquecer la planta docente de la Facultad. Fue Jefe de Trabajos Prácticos de Botánica, Fitopatología y Microbiología y estuvo a cargo de la Cátedra de Botánica Agrícola General y Especial, al tiempo que dictaba cursos de la misma materia en la Universidad de La Plata y en el Museo de Historia Natural de esa ciudad.

A lo largo de su vida elaboró más de 150 obras y creó su herbario, de más de 15 mil ejemplares, que se constituyó como uno de los más importantes de Sudamérica. La colección se conserva en la Cátedra de Botánica de la FAUBA. Además, por sus investigaciones se vinculó con eminencias internacionales de la botánica y de la ciencia.

El Ing. Agr. Julián Cámara Hernández, discípulo directo de Lorenzo Parodi, fue quien propuso la iniciativa del homenaje. “Como alumno de grado de la materia Botánica Agrícola tuve, en 1956, la dicha de conocer a un profesor que me llevó de la mano por el mundo vegetal, que presentaba a sus discípulos como parte de sí mismo. No olvidaré el día que, en el mes de septiembre de mi primer año de Agronomía, me encontró en el Jardín Botánico y, con una ramita en su mano, me dijo: usted tendría que estudiar esta plantita. Era Daphnopsis racemosa, una Timeleácea del Delta del Paraná que florecía en el Jardín Botánico y con la que inicié mis investigaciones botánicas. Imagino que en ese estilo debe de haber convocado y entusiasmado a cada uno de sus numerosos discípulos”, contó.

El Maestro Parodi fue también un embajador de la ciencia nacional: promovió constantemente el desarrollo de ciencia y técnica en el país. Descubrió muchas especies nuevas, hizo una revisión de los géneros de gramíneas argentinas, identificó cereales de importancia como el trigo y la avena amarilla, e hizo grandes estudios sobre las malezas en los cultivos.

“Pero ante esa extraordinaria labor científica queda algo oculto, generalmente sin expresarse, que es su valor humano, el que acompañó cada momento de su vida y que persiste en la mente de quienes aún podemos manifestarlo a través de los recuerdos de nuestra relación con él, a los 50 años de su desaparición”, expresó Cámara.

Según su discípulo, Parodi transmitía su amor por las plantas dejando sentir en ese acto su amor por el prójimo. “Sus colegas, profesores e investigadores, acudían frecuentemente a su laboratorio en la Facultad de Agronomía y Veterinaria, muchas veces a consultarlo, otras a saludarlo y, al mismo tiempo, como un pretexto para llevarse de la visita algún fruto de los provechosos comentarios de Parodi vertidos con la sencillez que lo caracterizaba y la humildad que fue, entre tantas y tan buenas que tuvo, la mejor de sus virtudes”.  

Lorenzo Parodi falleció en Buenos Aires el 21 de abril de 1966. Su legado de amor por la naturaleza, su compromiso por la conservación de los recursos naturales, su idea de resguardar el suelo, su esfuerzo por educar y formar, quedó grabado en sus numerosos discípulos, algunos de los cuales llegaron a ser tan grandes como él.

Con motivo del homenaje que realizó la Facultad al cumplirse 50 años de su fallecimiento, la Biblioteca Central de la FAUBA invita a toda la comunidad a visitar una pequeña exposición de algunas de sus obras, en la sala de lectura hasta el 31 de mayo.

(Ver discurso completo del Ing. Agr. Julián Cámara Hernández)

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Sobre el autor

Esp. Lic. en Comunicación Social