Panel China – Oferta y Demanda

Para el ex Consejero Agrícola argentino ante la Unión Europea, Gustavo Idígoras, los dos países están llamados a complementarse y mejorar su creciente relación comercial. Reconoció que a nivel económico global esa relación no pasa por el mejor momento. No obstante calificó de espectaculares los vínculos argentino-chinos en materia agrícola y agroindustrial.

“La Argentina y China tienen una alianza natural y estratégica en alimentos porque nuestro país tiene la oferta para abastecer parcialmente la demanda constante del país asiático. Por eso esas relaciones no pueden ni deben ser conflictivas sino de sinergia positiva”. Así lo sostuvo el ex Consejero Agrícola arentino ante la Unión Europea (UE), Gustavo Idígoras.

Mencionó que los 3 sectores más dinámicos de la demanda china y asiática de los próximos 20 años son las oleaginosas, cuya demanda mundial crecerá más del 50 %; el de carnes, especialmente porcina y aviar, en más del 40%, y el de lácteos, en una proporción similar. Esta es la oferta excedentaria de la Argentina, donde el país tiene enorme capacidad para abastecer al mundo.

Por esta mayor demanda de alimentos, China ha cambiado el mundo que ya no es más unipolar sino multipolar. Y sobre todo el rol de China en América del Sur, será estratégico. No podemos pensar en el desarrollo agroindustrial argentino sin pensar en una relación estratégica con China. “Si no somos eficientes en producción de soja y derivados, cosa que se da en la Argentina, tendremos la competencia de la palma, como materia prima para la producción de aceite, que cada vez crece con productos más baratos que, además, se producen muy cerca de China”, señaló. Por eso es importante mejorar nuestra productividad y eficiencia, por ejemplo en transporte y logística.

Explicó que es probable que la Argentina no crezca en exportación de aceite de soja pero sí de poroto, porque los chinos tienen como política, agregar valor. En 2023 la demanda china de importación este producto superaría las 100 millones de toneladas anuales. Más del 80% de la exportación argentina de poroto de soja tendrá como destino China, que en los próximos años demandaría a la Argentina unos 15 millones de toneladas anuales, lo que significaría un ingreso adicional de entre 3.000 y 3.500 millones de dólares para el país.

Otro producto que será protagonista es el maíz. Históricamente se pensaba que China era un competidor en la exportación de maíz al mercado internacional, llegando a ser el 1º o 2º exportador según los años. Pero en muy poco tiempo se transformó en importador de maíz y también en un breve lapso sobre la base de esa necesidad se logró una negociación exitosa en materia fitosanitaria por la cual Argentina es actualmente un proveedor de de maíz para China.

Todavía lo es en pequeña escala, pero las proyecciones indican que nuestro país podría exportar 20 millones de toneladas anuales en los próximos años, partiendo de los actuales 4,5 millones que llegan a China.

Por otra parte, Idígoras señaló que “cuánto más biotecnología se aplique en la Argentina más alimentos argentinos habrá disponibles en China. Hay que pensar en desarrollar en los próximos años inversiones conjuntas argentino-chinas en biotecnología. Actualmente se están dando algunas primeras experiencias en este sentido, entre pequeñas empresas biotecnológicas argentinas que están haciendo sus primeras experiencias en este sentido. En los próximos años habrá inversiones chinas de este tipo que al menos igualarán a la inversión europea actual en el rubro en la Argentina”, precisó.

Agregó que la Argentina está dando sus primeros pasos en investigación de biotecnología. China tiene experiencia pero no ha podido externalizarla y no quiere depender de los Estados unidos para su desarrollo en el rubro. Por eso quiere invertir en alianza con Argentina y Brasil, con lo cual nos acostumbraremos a inversiones chinas en biotecnología en la región, en los próximos años. En los próximos años se verán productos biotecnológicos argentinos en soja, maíz, papa y otros cultivos, y en el mediano habrá empresas argentino-chinas que lleven al mundo productos transgénicos desarrollados aquí. Al respecto destacó que actualmente se trabaja en el país en el desarrollo y posterior lanzamiento de una papa transgénica que será revolucionaria a nivel nacional y regional.

Sostuvo que si bien es necesario tejer alianza con China, se sabe que no es fácil venderles. Una negociación puede demorarse 5 años, porque las normas son cambiantes y no hay tanta previsibilidad, con lo cual los beneficios son a largo plazo. Vale la pena el esfuerzo de transitar ese camino para tener socios estratégicos en China. Actualmente, las relaciones económico políticas bilaterales entre ambos países, si bien a nivel industrial no son buenas, a nivel agrícola son espectaculares, con gran cantidad de misiones comerciales agroindustriales recíprocas entre ambos países que quintuplican las misiones de Europa y Estados Unidos que han llegado al país en los últimos años. “En la agenda bilateral siempre hay problemas, como la asincronía en la aprobación de eventos de maíz entre ambos países, pero hay que seguir trabajando la agenda para superar los problemas. Tenemos que buscar aumentar el ingreso de harina de soja. Hay que diversificar exportaciones. Estamos en una buena senda que no debemos desaprovechar porque hay una alianza natural que no se va a romper”, concluyó.

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