“Ciertas
ideas de renovación pedagógica han alentado una frivolidad en los procesos de aprendizaje,
que ha derivado en frivolidad de las enseñanzas. El empecinamiento por eliminar
todo esfuerzo ha acabado por convertir el aprendizaje en un proceso de consumo
en el que lo único que importa es satisfacer a los estudiantes. En el afán de
ajustar la oferta a la demanda, los profesores no parecen tener otra obligación
que facilitar las digestiones. Quizá lo consigan y diviertan a los estudiantes.
Pero, en lo que atañe a alentar el interés genuino, nada avanzarán,
por más que hagan juegos malabares, sesiones de espiritismo, echen las cartas,
o se desnuden. [...] Cualquiera que haya frecuentado el arte, la matemática o
ciertos deportes, sabe que, antes de que surja el gusto, el juicio se refine o
el cuerpo responda, hay que encarar tareas fatigosas e inciertas y que, sólo al
final, con suerte, instaladas como una segunda piel, las capacidades adquiridas
sedimentan y se convierten en herramientas con las que mirar el mundo...”
Félix Ovejero Lucas, profesor de la Universidad de Barcelona, citado en La Tragedia Educativa, de Guillermo Jaim Echeverry, Fondo de Cultura
Económica, Bs.As. (2001).
Volver a la página de cursos RF 2005