Greening: ¿una amenaza para la citricultura argentina?

Mar, 27/09/2005 - 08:47
Por FAUBA

El Senasa declaró la emergencia fitosanitaria para la "enfermedad del dragón amarillo" cuyo insecto vector ya se encuentra en nuestro país. La Ingeniera Ana María Romero de la cátedra de Fitopatología de la FAUBA advierte sobre las características de la patología más peligrosa para los cítricos que se haya conocido en todo el mundo.

El greening o huanglongbing (HLB, enfermedad del dragón amarillo, en Chino) es considerada la enfermedad más destructiva de los cítricos a nivel mundial. Está presente en varios países de Asia, África y del Medio Oriente. En el año 2004, fue detectada en el Estado de San Pablo, en Brasil, y este mes el Departamento de Agricultura de los EE. UU. alertó sobre su detección por primera vez en plantaciones comerciales de pomelo ubicadas en el Estado de Florida.

La enfermedad tiene tres formas: asiática, africana y recientemente se descubrió la americana. La forma asiática es originaria de China y desde hace más de 100 años está presente en el sur del país oriental, aunque se está expandiendo al norte. La africana está en África del Sur desde hace más de 80 años; es una variante menos agresiva que la asiática, está adaptada a zonas frescas y es transmitida por otro insecto vector (el psílido Trioza erytreae). En marzo de 2004, se constató la presencia de HLB asiática en la región Centro y Sur del estado de San Pablo, en Brasil. Sin embargo, la forma predominante detectada en este país era desconocida hasta ese momento y ahora se la denomina americana. Ambas parecen ser igualmente destructivas.

Debido a la presencia del HLB en Brasil y del insecto vector en nuestro país, el pasado 3 de agosto el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) emitió una resolución (458/05) por la que se declara alerta fitosanitaria para esta enfermedad.

El agente causal de la enfermedad es una bacteria llamada Candidatus Liberibacter spp. Esta bacteria no puede ser cultivada in vitro, por lo cual durante muchos años se creyó que la causa del greening era un virus. Recién en la década de 1970 se determinó en Francia su origen bacteriano. La bacteria invade el floema (vasos conductores de savia) de las plantas, obstruyéndolo e impidiendo la distribución de savia. La diseminación dentro de la planta es muy rápida. Cuando la infección ocurre en árboles jóvenes éstos no entran en producción, y cuando la infección ocurre posteriormente, la vida útil de las plantas se reduce drásticamente.

La rápida dispersión de la enfermedad en el campo se debe a que la bacteria causante de la enfermedad es transmitida por psilídos. Los psílidos son insectos pequeños, de 2 a 3 mm de largo, altamente prolíficos. Las dos formas de la enfermedad existentes en Brasil se transmiten por el psílido Diaphorina citri, insecto presente también en la República Argentina.

La enfermedad además se transmite a grandes distancias por medio de la introducción de yemas infectadas. Ésta es posiblemente la manera en que entró a Brasil y los Estados Unidos.

Los síntomas se inician con una clorosis intensa en una rama, las hojas adoptan un color amarillento que contrasta en forma notoria con el verde del resto de la planta. La bacteria se mueve por el floema hasta atacar todo el árbol. La clorosis se expande y empiezan a aparecer síntomas de deficiencia de zinc. A medida que la enfermedad avanza, hay una intensa defoliación de las ramas afectadas que finalmente se secan y mueren.

En las hojas, la enfermedad se manifiesta como un moteado clorótico o amarillo, sin bordes nítidos, que se destaca contra el verde del resto de la hoja. La zona clorótica a veces está limitada por las nervaduras. Los haces vasculares situados entre las nervaduras aparecen oscurecidos. El moteado puede estar acompañado por un engrosamiento de las nervaduras, lo que permite diferenciar esta enfermedad de posibles deficiencias minerales.

Los frutos aparecen deformados, pequeños y asimétricos y caen prematuramente. La cáscara puede ser más gruesa que lo normal, con maduración despareja, y las semillas suelen abortar. A veces, los frutos también presentan un moteado clorótico que contrasta con el verde normal del resto del fruto.

Todos los cítricos son susceptibles al HLB, aunque habría alguna resistencia en ciertas variedades. En Brasil se encontró que una planta ornamental, Muralla paniculata, también es hospedante de esta bacteria.

En los países donde existe la enfermedad, el HLB se maneja usando tres medidas básicas:

  1. plantando árboles sanos
  2. controlando al insecto vector
  3. erradicando las plantas enfermas.

Es fundamental realizar inspecciones frecuentes para detectar la enfermedad lo antes posible y destruir las plantas afectadas. Se evitará así que las plantas enfermas sirvan de fuente de inóculo para el resto del cultivo, reduciéndose los daños y costos posteriores.

La Argentina se prepara

En el marco del Programa de Vigilancia llevado a cabo por el Senasa, algunos investigadores argentinos, entre ellos la Ing. Agr. Ana María Romero, fueron invitados a participar en una capacitación para la identificación de la enfermedad en Brasil. El entrenamiento tuvo lugar en Fundecitrus, situado en Araraquara, y en el Centro de Citricultura Sylvio Moreira, en Cordeirópolis, Estado de San Pablo, entre el 28 de agosto y el 1 de septiembre de este año.

Los investigadores hicieron recorridas por montes cítricos observando las distintas formas de manifestación del greening, también se hizo un entrenamiento en las técnicas moleculares utilizadas para el diagnóstico de la bacteria. Ahora, los investigadores argentinos están poniendo a punto las técnicas moleculares en sus lugares de trabajo para colaborar en la identificación del patógeno en cuanto resulte necesario.

Por la Ing. Agr. PhD Ana María Romero
romeroa@agro.uba.ar

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Sobre el autor

Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires