Diplomáticos, especialistas y empresarios argentinos que producen en China expusieron sobre el gigante asiático y su relación con el país y la región. Fue durante el 4º Simposio Del Sur al Mundo en 2030: Pensando en forma global y a largo plazo con visión bioceánica, Agro y Bionegocios Sustentables, que se realizó en el Congreso de la Nación, organizado por el Departamento de Bioeconomía, Prospectiva y Políticas Públicas (BIOP3) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA).

Con Simón Bestani, Director General de Diplomacia Parlamentaria del Senado de la Nación, se realizó el panel dedicado al gigante asiático en el Simposio Del Sur al Mundo en 2030: Pensando en forma global y a largo plazo con visión bioceánica, Agro y Bionegocios Sustentables, que se realizó en el Congreso de la Nación, organizado por el Departamento de Bioeconomía, Prospectiva y Políticas Públicas (BIOP3) de la FAUBA.

Wan Liang, ministro Consejero, Encargado de Negocios de la Embajada de China en la Argentina, desarrolló una exposición donde recordó que su país es el segundo socio comercial de la Argentina, y primer comprador de productos agrícolas del país. Destacó que en 2016, el 40% de carne congelada argentina exportada va a China. Con cierta gracia señaló “China importó polo, como deporte de alta gama, vino malbec y Nidera, y a la empresa Biogénesis –Bagó”, que tiene presencia en su país, instalada -en sociedad con una empresa china- para producir vacunas en el gigante asiático.

Destacó que en febrero de este año hubo una importante reforma estructural para el sector agrícola, sector que contribuye al 0.8 % del PBI chino. Y agregó que están en la búsqueda de desarrollar una agricultura inclusiva, aumentando los ingresos de los agricultores e impulsando el desarrollo rural.

Respecto a la política de China hacia América latina, insistió en “mejorar y continuar construyendo proyectos pilotos y mejorar mecanismos bilaterales y de intercambio.

“Hemos tenido una sólida base de cooperación”, consideró y estimó que para el futuro las perspectivas apuntan a una relación más avanzada integral y sofisticada, a ampliar la cooperación y explotar las potencialidades.

Justamente, Guillermo Mattioli, Gerente General de Biogénesis Bagó contó la experiencia de su empresa en China, que se remonta a la exportación de vacunas en 1997. Explicó las diferencias de idiosincrasia entre Argentina y China y las oportunidades de negocios que, entendiéndolas existen para el sector agroindustrial argentino.

Hizo una breve reseña de su empresa con 83 años de vida, dedicada a productos médicos veterinarios, con tecnología al servicio de la producción de carne y leche, y destacó que “en la compañía siempre fue la meta generar empresas de estándar internacional”. En este sentido destacó la valoración que en ella se le da al aspecto científico, con acuerdos y vínculos con los centros académicos, el INTA, y Conicet.

Destacó su rol en cadena de valor y la importante contribución a la comercialización de las carnes argentinas al mundo. “Somos el mayor exportador de productos veterinarios del país, representando el 40% de las exportaciones del sector, y la primera empresa latinoamericana en facturación en el mercado de salud animal y entre las primeras 20 empresas a nivel global”, señaló.

Por su parte, Guillermo Santa Cruz, experto en relaciones con China, licenciado en economía en ese país, ex miembro de la Consejería Agrícola argentina en Beijing actualmente desempeñándose en el área comercial del banco ICBC, recordó que China pretendió, en 1979, duplicar el PBI en 20 años y luego volver a cuadriplicarlo. “Llegaron a esa meta 40 años antes”, señaló. Consideró que “el gobierno chino es muy claro en sus objetivos. Y 40 años después de una economía firme es uno de los países más importantes del planeta”. Destacó que China impulsa las inversiones y cómo su gobierno va a incentivar la reconversión hacia una apertura al mundo.

En tanto, Francisco Mango, economista jefe de la Subsecretaria de Comercio Exterior del Ministerio de la Producción de la Nación dio una mala noticia: “Estamos en el peor período para el comercio internacional desde la revolución industrial. En el contexto local es bajo el nivel del coeficiente de apertura”, por lo que instó a ser prudentes y previsibles. “Somos una economía con altos salarios en dólares y la única forma de sostenerlo es con productividad. Y se podría hacer gracias al agro que podría vincularse con el comercio y los servicios.

Argentina enfrenta aranceles muy altos. Hay diferencias grande entre exportar trigo, harina de trigo o algo elaborado”, remarcó. Respecto de los acuerdos internacionales, sostuvo que el país tiene una proporción de la economía con la que esos convenios no están claros. “Podrá aclarar las cosas, abriéndose al mundo y reduciendo trabas, y transformando la matriz productiva con servicios. Y debe hacerlo no rápidamente, sino eligiendo estratégicamente a nuestros socios; la prioridad es Brasil porque hay que darle importancia a la región”, concluyó.

Por su parte, el embajador Miguel Ángel Velloso, miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) habló acerca de la globalización y señaló que esta en un punto de inflexión. “Ha tenido ganadores y perdedores. Están en discusión todos los temas. Y además hay que tener en cuenta que, más que los países, hoy son las empresas las que generan la cadena de valor”.

Finalmente, Nancy Piazza, Gerente Regional de Cargas para Sudamérica de Air New Zeland, explicó la forma de ingresar mercadería al Pacífico y Asia por vía aérea. “Una opción estratégica para llegar al anillo del pacifico”, finalizó.

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